
“Es un hombre con el que puedo hacer negocios”, dijo Margaret Thatcher sobre Mikhail Gorbachev. Por otro lado, no fue amor a primera vista entre él y Ronald Reagan cuando se conocieron en la cumbre de Ginebra en 1985.
El presidente de los Estados Unidos lo llamó un “comunista acérrimo”, mientras que Gorbachov respondió que Reagan “no era un halcón, sino un dinosaurio”. Sin embargo, Reagan se dio cuenta rápidamente de que Gorbachov no era como los antiguos líderes soviéticos. Ambos entendieron que una guerra nuclear no se podía ganar.
Hoy, a pesar de las sombras de la guerra en Ucrania, han llegado tributos a Mikhail Gorbachev desde el mundo libre. A diferencia de Ronald Reagan, no tuvo un funeral oficial en su país. ¿Cómo puede ser esto, cuando él es una figura histórica? Gorbachov es el modernizador detrás de la glasnost y la perestroika. Hizo más por la libertad y la paz que cualquier líder de su tiempo. Sus reformas resultaron en la revolución no violenta más grande de todos los tiempos, liberando a 260 millones de personas y haciendo del mundo un lugar más seguro. Cuando se le preguntó cómo se veían sus reformas en su tierra natal, dijo que el juicio de la historia a veces puede ser caprichoso, pero que eventualmente Rusia estará a la altura del hombre.
En Suiza, Gorbachov fue aclamado por el presidente suizo Ignazio Cassis como “un líder mundial que representó la libertad y la esperanza, valores que el mundo necesita hoy”. Aquí, la cumbre de 1985 inspiró muchas iniciativas de paz, seguridad y cooperación. El presidente suizo Adolf Ogi entendió cómo Suiza podía contribuir a la paz en Europa al convertirse en un centro de experiencia en desarme y seguridad para la región y así fue como se creó el Centro de Política de Seguridad de Ginebra.
Gorbachov otorgó un papel importante al multilateralismo, las Naciones Unidas y los organismos internacionales tras la caída del Muro de Berlín. Los temas de desarme o ambientales requieren de la cooperación internacional. Por invitación del ex alcalde de Ginebra, Pierre Muller, estableció la sede mundial de Green Cross International, su iniciativa de seguridad, desarrollo y sostenibilidad, en la ciudad de Calvin. Pierre Muller se unió a Green Cross como vicepresidente hasta su jubilación en 2017. Es una triste coincidencia que ambos nos dejaran con días de diferencia, pero su contribución a la ciudad de la paz, la solidaridad y la cooperación internacional les sobrevive.
Gorbachov dijo que el futuro no está predeterminado. Depende tanto de los acontecimientos como de nuestras acciones. El cambio requiere liderazgo. Ahora depende de nosotros construir sobre ese legado.
¿Encontraste un error?Por favor déjanos saber.
– Un comunista y un dinosaurio en Ginebra en 1985
Adam Koniuszewski – Exdirector ejecutivo de Green Cross International