
La fiebre del dengue, una enfermedad transmitida por el mosquito tigre, se está extendiendo en un grado nunca antes visto en Francia continental. Aunque todavía hay solo unas pocas docenas de casos, este aumento ilustra cuánto afecta el cambio climático a la salud pública.
¿Dónde ataca la enfermedad?
El dengue es actualmente una enfermedad tropical. En el extranjero, ciertas regiones francesas (Guadalupe, Martinica, Reunión, etc.) se ven afectadas regularmente por grandes epidemias.
La novedad de los últimos años es la llegada del dengue a Francia continental. Desde la década de 2010, cada año se reportan algunos casos “autóctonos” (que no provienen de la contaminación fuera del territorio), tendencia que ha dado un nuevo paso este verano. A mediados de septiembre, las autoridades sanitarias identificaron unos cuarenta casos, concentrados en el Sur, cifra destinada a aumentar aún más este año.
A continuación, “vamos hacia una extensión y multiplicación de estos episodios”advirtió la epidemióloga Marie-Claire Paty, durante una conferencia de Public Health France, este viernes 16 de septiembre. “No somos inmunes a las epidemias en el futuro” en Francia continental, insistió, admitiendo que su magnitud ciertamente sería menor que en el extranjero.
Esta progresión de la enfermedad se deriva de su modo de transmisión.
¿Cómo circula el dengue?
El dengue necesita un intermediario: los mosquitos. Después de morder a un paciente, pueden encontrarse portando el virus y transmitiéndolo a sus futuras víctimas.
Este también es el caso de la malaria, que es transmitida por los mosquitos Anopheles, mientras que el dengue se propaga a través de varias especies del género “Aedes”. Destaca el mosquito tigre, cuya presencia se limitaba hace unas décadas al sudeste asiático pero que ahora se está implantando en Europa y América.
En la Francia metropolitana, esta especie, ausente antes de la década de 2000, ha conquistado dos tercios del territorio.
Esto no significa que los casos de dengue sean tan frecuentes. Pero su propagación tiende a seguir, con un retraso de algunos años, al establecimiento del mosquito tigre. Un fenómeno observado en otros países con enfermedades similares. Italia, uno de los primeros países europeos en haber visto la llegada de este insecto, ha registrado así en los últimos años cientos de casos de chikungunya, otro virus transmitido por este mosquito.
¿Por qué este progreso?
La propagación del mosquito tigre es “favorecidos por la globalización del comercio y los viajes, el avance de la urbanización y el cambio climático”resumió en 2014 la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De hecho, el insecto vive solo en la ciudad, prefiere la humedad y el calor, puede deslizarse en el equipaje o en productos importados.
La lutte contre ce moustique, et au-delà contre la dengue, résonne particulièrement avec un concept en plein essor dans la santé publique: «One Health (une seule santé)», insistant sur l’interdépendance entre santé humaine, santé animale et protection del ambiente.
¿Cómo combatir el dengue?
Existe una vacuna, producida por el laboratorio Sanofi, pero su efectividad es demasiado insuficiente para recomendarla a personas que nunca han contraído el dengue.
La lucha contra la enfermedad comienza con el medio ambiente, comenzando con los mosquitos que propagan el virus. Las operaciones de “control de mosquitos” tienen como objetivo identificar y destruir los centros de larvas. Pero esto puede chocar con otras medidas contra los efectos del cambio climático, como plantar plantas para reducir la acumulación de calor en la ciudad.
“Puede haber captación de agua y criaderos”advirtió la señora Paty, sin embargo, juzgando posible conciliar las dos cuestiones.
Aún así, una vez instalado en algún lugar, el mosquito tigre generalmente no puede erradicarse por completo. A largo plazo, la solución sería más bien instrumentalizarlo.
Existen varios enfoques. Una de las más prometedoras consiste en introducir mosquitos infectados con una bacteria que bloquea la circulación del virus en la naturaleza.
Varios estudios, el más importante de los cuales se publicó el año pasado en el New England Journal of Medicine, sugieren que este enfoque, particularmente practicado en Nueva Caledonia, reduce significativamente los casos de dengue.