
El director y teórico del cine franco-suizo Jean-Luc Godard murió este martes a los 91 años tras haber recurrido al suicidio asistido. Su ópera prima “A bout de souffle (1959)” fue una de las películas fundadoras de la Nueva Ola del cine.
Jean-Luc Godard murió “en paz” y “rodeado de sus seres queridos” en su casa de Rolle (VD) el martes a la edad de 91 años, anunció su esposa Anne-Marie Miéville y sus productores. El cineasta recurrió al suicidio asistido, confirmó su asesor familiar.
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“El señor Godard recurrió a la asistencia jurídica en Suiza por salida voluntaria tras múltiples patologías incapacitantes, según los términos del informe médico”, explicó Patrick Jeanneret, confirmando la información publicada por el diario Liberation.
“El cuerpo estaba cansado. Ya no seguía”, explica este íntimo amigo del cineasta franco-suizo. “Él ya no podía vivir normalmente por diversas patologías. Y creo que para un hombre que era tan independiente, tan honesto, era un gran obstáculo no poder tener sus medios físicos como todos los demás”.
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“A bout de souffle”, obra emblemática de la Nueva Ola
Nacido en París en 1930 y luego emigró a Suiza con su familia desde los tres años, el cineasta vivía desde hacía mucho tiempo en Rolle (VD), a orillas del lago de Ginebra. Con una carrera de sesenta años y unas 160 películas, todavía estaba trabajando en dos nuevos largometrajes.
Uno de sus largometrajes más conocidos, Sin aliento, se estrenó en 1960. Hizo todo lo posible”, escribió François Truffaut sobre esta película de culto rodada en el acto. Con un chico (Jean-Paul Belmondo), un pequeño matón que ama a una chica (Jean Seberg) y quiere convencerla de ir a Roma con él, esta película se convierte en la obra insignia de la Nueva Ola.
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Le siguen “Le Contempt” (1963), “Pierrot le Fou” (1965), “La Chinoise” (1967), “Sauve qui peut (la vie)” en 1980, “Prénom Carmen” (1983) o los ocho episodios de “Historia(s) del cine” (1988-1998). Entre sus musas se encuentran Anna Karina y Anne Waziemski, con quienes se casó sucesivamente, antes de convertirse en la compañera de Anne-Marie Miéville de Lausana.
Su último largometraje, “Le Livre d’image”, se estrenó en 2018. Es una reflexión sobre el mundo árabe de 2017 a través de un montaje de extractos fílmicos, propios o ajenos.
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Una figura icónica e intimidante
El cine de Godard nunca ha dejado de pensar en el mundo y de buscar explorar diferentes facetas de su medio. Una figura icónica deliberadamente intimidante, el cineasta nunca dejó de experimentar con nuevas formas de narración y de hacer un uso iconoclasta de las nuevas tecnologías.
Godard siempre ha estado ahí donde menos lo esperábamos, por delante de varios trenes, deshaciendo cada década lo que había hecho antes. Es una referencia absoluta para los artistas visuales, quizás incluso más que para los cinéfilos, inspirando siempre a las jóvenes generaciones.
El cineasta también ha convertido a sus acompañantes en las heroínas de sus películas con mayor frecuencia. Las más conocidas son Anna Karina, musa de la Nueva Ola, y Anne Wiazemsky. “No tengo la sensación de hacer una diferencia entre la vida y la creación”, declaró el director franco-suizo en 1965. “Para mí, dirigir a una actriz y hablar con su mujer, es lo mismo”.
Sus primeras películas, cortometrajes, las rueda Godard con su primera compañera, Anne Colette. Serán “Todos los chicos se llaman Patrick” (1957) y “Charlotte y su Jules” (1958) con Jean-Paul Belmondo, inspirada en “Bel Indiferente” de Jean Cocteau.
>> Ver también un documental dedicado a Jean-Luc Godard dirigido por Fabrice Aragno en 2012
QA con agencias