
El Festival de Cine de Venecia puso el foco en la tragedia de los opiáceos al coronar un documental sobre la fotógrafa Nan Goldin y su lucha implacable contra este escándalo sanitario que se ha cobrado cientos de miles de vidas en Estados Unidos.
El jurado presidido por la actriz Julianne Moore otorgó su León de Oro a la directora, Laura Poitras, de 58 años, y corona así a una tercera directora consecutiva, tras la francesa Audrey Diwan el año pasado (“L’Evènement”) y la chino-estadounidense Chloé Zhao. (“Tierra de nómadas”) en 2020.
Sobre todo, distingue a una personalidad beligerante que sondea sin descanso las áreas grises de Estados Unidos: después de haber trabajado en la ocupación estadounidense en Irak y luego en Guantánamo, se convirtió en la confidente del denunciante Edward Snowden y produjo “Citizenfour” (2015), que ganó el Óscar al mejor documental.
lucha titánica
No hay revelaciones demoledoras esta vez en “Toda la belleza y el derramamiento de sangre”, la película premiada en Venecia, sino un viaje a través de la vida de Nan Goldin, una fotógrafa de 68 años conocida por sus tomas del metro de Nueva York y que se codeó con la muerte, desde el sida hasta la crisis de los opiáceos, su última lucha.
Porque Nan Goldin, que había regresado de Venecia y no pudo recoger su premio, tomó la delantera en una lucha de David contra Goliat contra la familia Sackler, principales productores de opiáceos, analgésicos que volvieron adictas a las personas y mataron a medio millón de estadounidenses en el pasado. dos decadas.
“He conocido a muchas personas valientes en mi vida, pero nadie como (Nan Goldin) que luchó contra esta familia tan poderosa”, dijo la directora al aceptar su premio.
El jurado de Venecia envió otra señal política al otorgar un Premio Especial al director Jafar Panahi, demostrando que el cine no cederá a la censura en Irán y ofreciendo su apoyo a un cineasta que paga con su libertad sus ganas de crear.
León de Oro en 2000 con “Le Cercle”, Panahi es el único cineasta en competición que no ha podido pisar la alfombra roja, encarcelado desde julio por el régimen de los mulás. En “No Bears” (“Los osos no existen”), la premiada película, pone su propia situación en el abismo, un brillante desaire a la censura.
-Aplausos para Netflix
Pero la ceremonia veneciana, que actúa como plataforma de lanzamiento de los Oscar, tras los “casos de éxito” de películas como “Nomadland” de Chloé Zhao, Lion d’Or en 2020 o “Roma” de Alfonso Cuarón, dos años antes, ha No se olvida el glamour.
Los premios de actuación fueron para las estrellas de la alfombra roja Cate Blanchett (“Tár”) y Colin Farrell (“The Banshees of Inisherin”).
Por otro lado, la lista de premios suena como una bofetada para el gigante del vídeo online Netflix, en busca de la legitimidad cinéfila en Venecia. Privado de la competición de Cannes porque sus películas no se estrenan en salas, tiene su servilletero en el Lido donde presentó nada menos que cuatro películas.
Desgraciadamente, ni la actuación de Ana de Armas como Marilyn Monroe en el biopic “Blonde”, online a finales de septiembre, ni el exceso del francés Romain Gavras en su descripción de la insurrección de un suburbio (“Athena”) convencieron a la jurado. No más que el mexicano Alejandro González Iñárritu, que perdió a los espectadores en los meandros de su ‘Bardo’, o el estadounidense Noah Baumbach, que no encontró el encanto de sus anteriores películas con ‘Ruido blanco’.
Este artículo ha sido publicado automáticamente. Fuentes: ats/afp